¿Qué es la cerveza? Mi visión y experiencia

Mis orígenes como amante de la cerveza son bastante humildes. Lejos de ser un conocedor, no era otra cosa más que un aficionado que disfrutaba compartir con sus amigos y desinhibirse en situaciones sociales. Luego, llegó a mi vida un acontecimiento llamado "migración" que lo cambió todo: Un venezolano debe salir con una maleta llena de sueños y enfrentarse a la incertidumbre para poder conquistar otro país. Para mi sorpresa, luego de un buen tiempo, este me regala la oportunidad de crecer profesionalmente en una industria en la que remotamente imaginaba que podría trabajar en mi país de origen.




Hoy, habiendo ya cumplido una etapa de mi formación como Cicerone (Sommelier de cerveza), y con mucho camino delante por recorrer, decido emprender el reto de escribir acerca de la maravillosa bebida que terminó siendo mi más grande pasión: el elixir de los dioses, el secreto mejor guardado por los monjes trapenses, el BREBAJE SAGRADO. Si, es cierto que con ella logramos hacer manifestaciones de afecto que comúnmente no demostramos a familiares y amigos, de la misma manera que podemos ver a la chica no tan agraciada del bar como la hermana gemela de Stefanía Fernández. Ahora bien, su naturaleza, complejidad y su importancia en nuestras vidas trascienden mucho más allá de lo evidente, puesto que sólo el perro y el fuego han acompañado a la especie humana por más tiempo que la cerveza. Una historia que puede rastrearse desde los albores de nuestra civilización.

"La cerveza es la prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos felices"
Benjamin Franklin

Si me tocara definir qué es la cerveza, diría que no es otra cosa sino esa bebida maravillosa que convierte nuestros días tristes en días felices, y convierte los días felices en aún mejores. Dejando el romance de lado y poniéndonos más técnicos, podemos decir que la cerveza es un fermentado;  dicho de una manera más amplia, es un brebaje de bajo tenor alcohólico que surge como resultado de la fermentación por levadura de los azúcares encontrados en el caldo de algún cereal (principalmente de la cebada), para luego agregarse lúpulo, lo que le dará ese sabor y aroma herbáceos tan característicos. Es probablemente la bebida alcohólica más versátil y de la que se tienen más variaciones y estilos a nivel mundial y está demostrado que es la segunda bebida más consumida en el planeta tierra, sólo después del agua.

Las referencias más inmediatas que tenemos acerca de la cerveza son el resultado del posicionamiento de marcas reconocidas a nivel mundial, como es el caso de Heineken, Budweiser, Corona o Guinness (sólo por nombrar algunas); pero esta bebida es mucho más que lo que la industria de comercialización en masa tiene para ofrecernos. Cada vez más, están apareciendo pequeños productores en el mercado que fabrican la cerveza bajo las técnicas y metodologías que nuestros antepasados desarrollaron en algún momento de la historia, respetando los ingredientes básicos, los ciclos de fermentación, maduración, y tratamiento hasta el envasado. Las cervezas "especiales" han venido a traernos una bocanada de aire fresco (o mejor dicho, de bebida refrescante) en un mundo donde los monopolios, la industrialización y el marketing nos limitan las opciones.

Si bien es cierto que este boom de cervezas artesanales nos han dado la posibilidad de explorar de una manera más amplia lo infinito de nuestro paladar al ofrecernos una experiencia más compleja incluso en el ámbito gastronómico, no creo que sea correcto decir que sean mejores o peores que esas cervezas que nos han acompañado desde siempre en los días de playa, en esa carne a la parrilla de los domingos con la familia o en ese partido de fútbol visto por televisión. Una buena cerveza es aquella que cumple con su propósito. Las cervezas industrializadas están para ser tomadas en grandes cantidades, refrescarnos y ser obtenidas a un precio accesible, por ende logran su cometido y no deben ser desestimadas. Obvio, si hablamos de intensidad en el sabor, textura y aroma, las cervezas artesanales ganan de calle (aunque sé que esa es una apreciación muy subjetiva de mi parte). De cualquier modo, cada una tiene su momento y su valor. Sería tonto pensar que tomamos cerveza sólo por la experiencia en el paladar, y olvidarnos de todas esas experiencias emocionales que a la larga son memorables y nos sacan una sonrisa al recordarlas. A título personal, no existe nada que me genere más nostalgia desde que migré de mi país que esa cerveza entre amigos jugando dominó, tocando guitarra o simplemente rodeado de la familia.

Finalmente no puedo hacer otra cosa sino pedirles que disfruten de nuestra bebida gloriosa de manera responsable, y por lo que más quieran, por favor, cuando beban no manejen. Todos tenemos un amigo abstemio, uno deportista que se para a las 5 de la mañana para correr y no bebe la noche anterior o el típico amigo que está tomando antibióticos. Sea cual fuere el escenario, vamos a darle las llaves del carro a otra persona. Siempre que no pongamos en riesgo nuestra integridad y la de nuestros seres amados podremos ver la maravilla que significa este regalo que Dios ha puesto en nuestras mesas, incluso desde mucho antes que existieran las mesas.

¡Salud!

Comentarios

  1. Que buen trabajo y que buen comentario, cargado de historicidad y de sencillez, de momentos fuertes y de momentos emotivos... En fin y en una palabra, se nota la felicidad al leerte. A la vez el poder leer y rememorar aquellos días de música y La Cofradia, guitarras y Solera Verde, en los que aquel sabor amargo y exquisito se tornaba en, literalmente, música para nuestros oídos...
    El recuerdo se torna el amargo y el momento en la memoria se vuelve musica y gloria...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares